martes, 5 de febrero de 2013

San Ysidro, ¡del otro lado!


¡Qué estrés carajo! Ya estoy del otro lado, que alivio siento. Lo que no mencioné antes por miedo a que fueran a leer mi libreta aquellos policías, in a way i wrote thinking that it could happend, es que en lo primero que pensé fue en pedirle a mis papás que me hicieran un depósito temporal sólo para imprimir mi estado de cuenta. Muchas veces es obvio, pero en un país donde 99 de cada 100 respuestas es dinero, poco parece importar de dónde viene o cómo lo obtuviste. Mi mamá sólo tenía disponibles catorce mil pesos, algo así como mil dólares, y el plan ideal hubiera sido esperar a que mi papá consiguiera algo más para probar esta disponibilidad de efectivo pero eso no sería tan sencillo. Decidí probar suerte por segunda vez con el pretexto de que al día siguiente regresaría con un depósito mayor si aquel no les satisfacía y que venía a recoger mi caja de pan tradicional de Tecate que había comprado para mi prima Lola con la que me pensaba encontrar una vez cruzada la frontera. La historia fue totalmente diferente. No hice ni un minuto de fila, en la oficina de los permisos habían cambiado de turno, me atendió un policía joven que me hico un par de preguntas a las que respondí correctamente y no vi a ninguno de los que me habían atendido antes. Mi caja de pan estaba sobre un mesa pegada a la pared trasera, abierta. Ya había empezado la pregunta sobre ella cuando me di cuenta de que se la estaban comiendo, así que sólo hice un comentario diciendo que aquella caja era mía aunque mi voy y mi expresión comunicaban más bien sumisión y miedo a que aquel miembro de la CBP (Customs and Border Protection) revocara lo que parecía hasta ese momento una respuesta afirmativa a mi permiso de seis meses. Al final me lo entregó tranquilamente y yo salí también tranquilamente intentando disimular la inmensa alegría que llevaba por dentro, de nuevo como si un movimiento en falso pudiera echar para atrás mi logro.

Hubo una confusión sin embargo, cuando él me preguntó si pensaba vivir seis meses con 1 400 dólares, dijo “fourteen hundred” que con el nerviosismo yo pensé que él se estaba confundiendo y pensaba que tenía 14 mil dólares. Pero el “fourteen hundred” sólo era una conversión rápida que él hizo dividiendo la suma en pesos entre diez para hacer dólares. Según mis planes yo iba a decir que ese era sólo mi dinero disponible por el momento pero que eventualmente recibiría más; sin embargo, eso le bastó, y parece que respondí el resto de las preguntas atinadamente y creyó que con eso iba a vivir. Ese dinero no es mío, pero si no trabajo legalmente o me aviento a trabajar sin papeles, puede ser que en los seis meses gaste muchísimo menos que eso. Ahorita estoy a unos cuantos metros de la línea esperando a mi prima para ir a San Diego. Nuestro punto de encuentro es un “Jack in the box”, un fast-food parecido a McDonalds, así que tuve que pedir una cheeseburguer para poder esperar aquí porque hay un letrero de no merodear; supongo que para los vagabundos, porque hay muchos. Esmpecé a escribir esta nota hace un rato, y cuando finalmente me disponía a comer mi hamburguesa, encontré que había mucha lechuga y jitomate pero ¡no carne! Pensé en comérmela ya así, pero aquí en EEUU el cliente es primero así que fui a que me la cambiaran.


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